miércoles, 27 de marzo de 2013

Reseña: La Bahía de la Escocesa

Hello everybody;

Después de unas semanitas sin publicar reseñas, hoy os traigo una que yo creía que había subido ya pero que resulta que no era así. La reseña es de una de las últimas novelas de mi querida Nieves Hidalgo, "La bahía de la escocesa". Espero que os guste.
Saludos y hasta la próxima ;)










FICHA:

Título: La bahía de la escocesa
Saga: Los Gresham
Editorial: Esencia
Publicación: Mayo 2012
Género: Narrativa Romántica
Lengua: Castellano
Páginas: 347
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 978-84-08-10980-8
Precio: 16 €
Sinopsis: Adam Brenton, vizconde de Teriwood, es asesinado cuando intenta desenmascarar una traición. Poco después, su hermana Kimberly recibe la noticia en Nueva York de que Adam se ha suicidado e, incrédula, decide viajar a Inglaterra para esclarecer los hechos.
Christopher Gresham, conde de Braystone, fue amigo de Brenton en la infancia, y a pesar de haberse distanciado con los años, no ha olvidado su antigua amistad. Por eso decide llevar a cabo sus propias pesquisas sobre la muerte de Adam, a la vez que colabora con el gobierno investigando los robos a barcos ingleses.
Cuando Kimberly empieza a indagar en la vida de su hermano, Christopher se convierte en su principal sospechoso. Ni la atracción ni el deseo que surgen entre ambos harán cesar a Kim en su decisión de vengar la muerte de Adam.

RESEÑA:

Ambientada en Londres, en 1820, La bahía de la escocesa arranca con la muerte de Adam Brenton, vizconde de Teriwood, tras ser descubierto por un grupo de contrabandistas que llevan a cabo sus trapicheos en los terrenos del Vizconde.

Un mes más tarde, Christopher Gresham, conde de Braystone, es enredado por el primer Ministro y por su jefe en los servicios de información, para que investigue un caso de tráfico de información a Francia y capture al traidor.

Al otro lado del charco, en la Hacienda Beau Terre, en Nueva York, Kimberly Brenton, hermana del vizconde de Teriwood, recibe una carta comunicándole que su hermano se ha suicidado.
Cómo no podía ser de otra manera, la noticia cae como una losa en el corazón de Kim que no puede creer que su hermano ya no esté con ella, ya que, a pesar de la distancia, están muy unidos. Pero tras unos días de abatimiento en los que trata de digerir la noticia y después de que Julius Bart, su amigo y hombre de confianza le diera un pequeño rapapolvo, decide que es hora de dejar de lamentarse y averiguar qué pasó realmente. Así, que decide viajar a Londres para investigar el asunto.

Sin embargo, cuando llega a Inglaterra, acompañada de Julius, encuentra muchas sorpresas. Muchas responsabilidades que no esperaba. Misterios y dudas alrededor de la muerte de su hermano. Enigmas. E, incluso, una leyenda.
Pero también encuentra amor. Amor de muchas maneras diferentes; el amor de su tía, el de su pequeño e inesperado sobrino y, claro, el de Christopher y, también el de los hermanos de éste, sus abuelas y los demás pretendientes que la salen por todas partes.

Pero es Christopher, el impresionante conde de Braystone quien se mete en la piel y el corazón de Kim a pesar de las muchas dudas que le genera el creerle responsable de la muerte de su hermano.
Ella, quizá para negar que se ha enamorado del conde, desea con toda su alma que sea el responsable, pero el vivir como invitada bajo su techo durante más tiempo del imaginado, se lo pone realmente difícil, por que poco a poco va conociéndole, enamorándose de él y cada día que pasa le resulta más difícil creer que el conde pueda ser un asesino.

Por otro lado, Christopher sigue trabajando en el encargo del Primer Ministro además de ocuparse, a título personal, de investigar la muerte de su amigo Adam Brenton. Y en el camino de ambas investigaciones, encuentra que los dos asuntos están relacionados.
Y mientras investiga, su familia y sus invitados ocupan su tiempo libre. La revolucionaria americana le ha vuelto patas arriba la vida, sus abuelas y la tía de la muchacha le vuelven loco y sus hermanos y su amigo Tommy McPearson, aunque le distraen y le hacen compañía, le sacan de quicio con sus cosas. Y eso sin contar con su ayuda de cámara, Ladislaus Mortimer, que le pone de los nervios ya que parece Pepito Grillo, adivinando lo que piensa y siente antes que él.

Más adelante, después de algunas circunstancias algo inoportunas, el destino de Chris y Kim se une de manera inesperada y acogida de distinta manera por parte de nuestros protagonistas y que, al mismo tiempo, propicia la resolución de las dudas de Kim y el avance de la investigación de la muerte de Adam.

Pero la resolución final, sin embargo, no se llevará a cabo según los deseos de ninguno de los protagonistas, sino según los deseos del traidor y asesino de Adam.
Como todas las personas que albergan el mal en su corazón, nuestro culpable se cree muy listo, cree que lo tiene todo muy bien planeado y que su plan es tan magistral que antes de acabar la noche no sólo quedará libre de toda culpa sino que, además, tendrá todo lo que cree merecer.
Bueno, su estupidez es el fallo y lo que obtiene al final, no es precisamente lo que había imaginado. La sorpresa que se lleva, aunque fugaz, es tan grande como la que se llevan nuestros protagonistas al encontrarse que el culpable de la traición y la muerte de Adam no es quienes ellos creían.

OPINIÓN PERSONAL 

Que Nieves Hidalgo es mi autora favorita y que sus historias son mi debilidad, no es nada nuevo. Lo he comentado muchas veces por aquí. Sin embargo, con esta novela tenía mis reservas y no porque dudara de su calidad, para nada. Mis reservas venían porque, a diferencia del resto de sus novelas, La bahía de la escocesa es la primera novela de una trilogía titulada, Los Gresham. Y a mí las trilogías o series largas me dan un poco de cosa, ya que, en la mayoría de los casos, las/os autoras/es terminan liando las cosas demasiado, fastidiando así la historia que en principio me había gustado tanto.
Pero cuando terminé de leer la novela me di cuenta de que me había equivocado, y bien que me alegré de haberme equivocado.

Y es que, a pesar de ser una trilogía, Nieves Hidalgo ha sabido hacerlo de manera diferente por que, por lo que he podido deducir, aunque pertenecientes a una misma serie, las tres novelas están escritas de manera independiente, cada una dedicada a un hermano. Y eso, a mi modo de ver, es algo muy inteligente. No estropeas nada. Si una historia es buena o mala, lo es de forma independiente sin cargarte la historia global.

Por eso me gusta tanto esta autora, por que siempre te sorprende y por que, en mi caso, su forma de pensar, en cuanto a literatura se refiere, es muy parecida a la mía. Con sus novelas tengo asegurada una lectura entretenida, nueva y sin decepciones. Al menos hasta ahora ha sido así.

La Portada:

Como siempre pasa con las portadas de los libros de Nieves Hidalgo, la de esta historia es sencilla, elegante y romántica. Pero, además, esta portada tiene algo especial y diferente al resto: nos lleva a equívoco. Al verla, si nos gusta “leer” las novelas en las cubiertas antes que en sus páginas, al instante relacionamos el título con la imagen de la portada. Sin embargo, cuando leemos la historia nos percatamos de que no tiene nada que ver. Aquello de “las apariencias engañan”, aquí se hace patente.

He dicho muchas veces que me gusta que las portadas me cuenten las historias de las novelas que voy a leer, que título y portada estén en concordancia. Pero, en ocasiones, estos “juegos” de ambigüedad, no están nada mal. Me gusta. Siempre y cuando, claro está, se sepa dónde utilizarlos y con qué novelas.

Estilo Narrativo:

En cuanto al estilo narrativo, pues ¿qué os voy a contar? Si ya habéis leído a esta escritora sabréis que su estilo es ágil, muy fácil de leer. Muy fresco. 

Trama:

La trama de esta novela está aderezada con muchos ingredientes; misterio, antiguas leyendas, conspiraciones y traiciones, humor y, por supuesto, mucho amor y pasión.
Todo ello, por supuesto, en su justa medida, como todas las novelas de Nieves Hidalgo.

Por que así son las novelas de Nieves. Muchos ingredientes, pero todos ellos en su justa medida, muy bien mezclados y dosificados en pequeñas dosis a cada capítulo para que no nos saturemos de nada y, al mismo tiempo, que no nos falte nada.

Algo diferente en esta novela, sin embargo, es el hecho de que deja de lado los acontecimientos históricos que pudieran existir en la época en la que está basada la novela y se centra en la historia de los personajes.
Si por algo destaca Nieves es por enseñarnos un poquito de historia mezclada con la historia de sus personajes, por eso me sorprendió que en esta novela, a parte de un breve apunte sobre Napoleón, no hiciera referencia a ningún hecho histórico. Quizá no lo ha hecho porque no había nada interesante que contar o quizá, simplemente, se quiso centrar más en la historia de los personajes, no lo sé. De cualquier manera, a mí me ha gustado mucho que se olvidara de los detalles históricos, porque me he “metido” mucho más en la novela. He podido visualizar mejor las escenas sin perderme en detalles históricos.

En resumen, una historia muy bien contada. Los acontecimientos suceden sin prisa, pero sin pausa, es ágil pero no precipitada y te deja con ganas de más pero sin tener la sensación de que nos falte nada en la historia. Simplemente, imaginas qué podría ser de ellos después y tienes la esperanza de que, en la siguiente entrega, aunque no esté dedicada a ellos, puedas saber o intuir, a caso, algo más sobre ellos.

Vamos, como a mí me gusta.

Los Personajes:

Aquí tampoco hay mucha sorpresa. Como suele ser habitual en esta escritora, todos y cada uno de los personajes, están muy bien creados, cada uno tiene su razón de ser en la novela, su función. Ninguno está ahí simplemente por estar.

Los Protagonistas:

Christopher Gresham. Es nuestro héroe masculino. Guapísimo, alto, distinguido, impresionante todo él, con ese puntillo de chico malo, de desvergonzado que tanto nos gusta.
Chris, además, tiene un corazón que no le cabe en el pecho. A pesar de sus arranques de mala leche, de su fuerte carácter, en el fondo es un buenazo. Un romántico. Un hombretón que enamora a la primera. Incluso después de una borrachera tan grande que despide a su criado casi abriéndole la sesera, es adorable. Porque, conde y todo, tiene orgullo y honradez suficiente como para pedir perdón.

Kimberly Brenton. Nuestra heroína. Es una muchacha a la que es imposible no querer. A mí me gusta mucho este personaje por que, a pesar de tener la sensatez necesaria para sacar adelante ella solita la hacienda que le dejaron sus padres, tiene un punto infantilón que me hace mucha gracia. Le da un puntito especial.
Y, además, es temperamental. Para decirlo en pocas palabras, los tiene bien puestos. Es belicosa y cabezota. No tiene reparos en montar un caballo medio salvaje, vestida como un hombre, como tampoco los tiene en disfrazarse de chico para espiar al conde de Braystone y descubrir si realmente es el asesino de su hermano. Y, sin embargo, es la bondad personificada.

Los Secundarios:

De entre los secundarios, la mayor parte de ellos me han gustado mucho. Alguno más que otro, por supuesto. Todos tienen su puntillo. Todos te dan algún motivo para quererlos. Pero también los hay que te los dan para que los odies.
Como son muchos, y esta reseña se está haciendo un poco larga, creo que lo mejor será que os comente los que más y los que menos me han gustado.

Entre los personajes secundarios femeninos, el que más me ha gustado ha sido la tía abuela de los Gresham, Lady Eleanor. Esta mujer, me ha parecido realmente adorable y cada vez que repite su frase favorita “¡Qué vergüenza!”, no puedo evitar sonreír. Me hace mucha gracia.

Lucas Gandorf, desde el principio, me cayó gordo. Demasiado pomposo, engreído y estirado para mi gusto. No sé, no me cayó bien.

El sobrino de Kim, el hijo de Adam, sencillamente me ganó desde el principio. Un crío adorable que ya, tan pequeñito, apunta maneras de “galán”. Un pícaro, irresistible.

El resto de personajes, Lady Agatha, la abuela de los Gresham, la tía de Kim, Lady Alice Brenton, Tommy, el amigo de los Gresham Julius, también me ganaron, pero sin duda, el que me ha enamorado de verdad, es Darel Gresham.
No me preguntéis porqué, por que no sabría explicarlo, pero he quedado enamorada de él, a pesar de que no aparece demasiado en la historia, salvo casi al final.
Sólo me ha pasado una vez esto de “prendarme” de uno de los personajes secundarios más que de los personajes. Fue con Mercedes Montenegro, la hermana gemela de la protagonista de la novela de Teresa Camesalle, “La hija del Consul”.

Bueno, igual que me pasó con Mercedes, me ha pasado con Darel Gresham, cuya historia -si no me equivoco-, conoceremos en la segunda entrega de esta saga, ya que él será el protagonista. Lo malo es que no sé cuando saldrá a la venta, pero espero que sea pronto. Ya me corroe el ansia.

Y, por cierto, un personaje del que me gustaría saber más, es Julius Bart, el amigo y protector de Kim. Creo que tiene una historia muy interesante (o podría tenerla). Un ex-pirata reformado por una muchacha que le acoge sin reservas, sin conocerlo si quiera y a quien ama como la hija que perdió en un pasado... A mí me encantaría conocer esa historia. De hecho, mi imaginación ya ha fantaseado con ella en más de una ocasión. Pero bueno, no digo nada, sólo lo dejo caer por si acaso :=P


El Final:

No sé si por como lo ha escrito, por el hecho de que sea la típica novela romántica o porque ya conozco demasiado bien el estilo de esta autora y cómo piensa -literariamente hablando, claro-, el caso es que me ha parecido un poco previsible. Aunque, no por ello ha dejado de sorprenderme, ya que no esperaba que el malo fuera quien resultó ser. Durante toda la lectura yo tuve mi sospechoso principal, y cuando llegué al final y descubrí al verdadero culpable, la verdad es que me sorprendí mucho y, al mismo tiempo me reí de mí misma por lo tonta que había sido al no darme cuenta de algunos detalles que se me pasaron por alto. También, me sorprendió la relación del asesino con mi sospechoso. Otra cosa más que no esperaba y de la que me podía haber dado cuenta si no se me hubieran pasado por alto los detalles que menciono anteriormente y que, si no habéis leído la novela y queréis hacerlo, ya tendréis oportunidad de descubrir por vosotros mismos.

La verdad, los finales que Nieves se saca de la manga para sus novelas, aunque puedan parecer algo previsibles, siempre sorprenden y nunca dejan indiferentes. Estupendo.

Conclusión y puntuación:

A pesar de mis reservas, por eso de ser una trilogía, me ha encantado. No sé cómo pude dudar de si me iba a gustar o no. Si no la habéis leído y no sabéis cual podría ser vuestra próxima lectura, os recomiendo La bahía de la escocesa -siempre que os guste la RA-. 
Estoy segura que os encantará.















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