domingo, 26 de enero de 2014

Wallpaper tomado de Google
Hola querid@s todos;
Últimamente me da flojera a la hora de sentarme frente al ordenador para escribir, así que, a pesar de que dije en anteriores entradas que cada semana iría poniendo el resumen de esa semana, por esta vez voy a resumir las tres primeras semanas en un mismo post.

Semana 1: Semana algo difícil. Llévaba demasiado tiempo sin hacer ningún ejercicio, así que lo pasé mal. Sobre todo con las agujetas que me entraron al día siguiente, las cuales fueron de proporciones bíblicas y que, además, fueron la causa de que de los siete días, sólo pudiera practicar tres. Una locura. No imaginaba que estaría tan floja, pero lo estaba.

Semana 2: Un poco mejor que la primera, pero tampoco mucho. Estuve un poco pachuca (creo que las farmaceúticas nos tienen comida la cabeza con tanto anuncio de jarabes para la gripe, la tos y demás, y nos resfriamos por medio de la sugestión, pero eso es otro tema) y se me juntaron las dos flojeras; la de las agujetas y la del amago de resfriado, así que sólo lo hice dos veces.

Semana 3: Esta sí que ha sido mi semana. Tras dos semanas de encontrar impedimentos por todas partes (agujetas, amagos de resfriados, etc.) y de dar vueltas a la cabeza, me dije a mí misma que ya estaba bien, que lo mejor era hacerle la guerra a mis enemigos y combatir haciendo la práctica todos los días, como me había propuesto. Y parece que he vencido. Al menos de momento -no quiero lanzar las campanas al vuelo-, pero bueno. Poquito a poco. De momento, voy venciendo.

Y teniendo en cuenta el desastre de las primeras dos semanas y que esta semana que termina es la primera que he completado con éxito, sólo puedo resumir la experiencia como muy gratificante. En todos los sentidos.
De verdad que no sé cómo es que dejé de prácticar porque me encanta. Esa horita diaria de práctica en la que coges tu mat, desconectas de todo y te centras en tí mismo, es uno de los mejores momentos del día. Después, te sientes estupendamente bien, tanto física como mentalmente porque relaja muchísimo (cuando se van las agujetas, claro) y cada día que pasa eres más consciente de  tu cuerpo, de lo que pasa en él, de las zonas que mejor sientes y las que tienes que trabajar un poco más en la siguiente práctica. En mi caso, la pierna izquierda es la que menos flexible siento y mi brazo izquiero y mi tobillo derecho (que me los lesioné en julio pasado) los tenía bastante débiles, como si hubiera perdido fuerza en ellos tras la caída, así que son las zonas que estoy trabajando más en estos días y ya los voy recuperando, por fortuna.

La clase que elegí para comenzar mi reto, es una clase para principiantes en la que trabaja la flexibilidad del cuerpo, con la finalidad de prepararnos para otras posturas más exigentes, pues he decidido seguir una semana más con esta clase y ya cambiar la siguiente semana.

Pues esto es todo por hoy. Nos leemos en la siguiente entrada.

Namaste.


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