Samuel Alborada ha heredado el título de duque y las deudas de su padre. Como nuevo cabeza de familia es su responsabilidad mantenerla a flote. Conocedor de una inversión que podría solucionar sus problemas, se dispone a salvar su legado.

Leire Narváez tomó las riendas del negocio familiar desoyendo las habladurías que decían era imposible que una mujer pudiera conseguir nada en un mundo de hombres. Ahora se ha hecho valer y su nombre pesa tanto como su apellido. Cuándo una ventajosa inversión llega a sus oídos, no duda un segundo en lanzarse a ella.

Nada más verse, Samuel y Leire se declaran la guerra. Ella lo juzga por sus prejuicios; él por su descaro. Se odian y se harán la vida imposible. Pronto se darán cuenta de que del odio al amor también hay un paso. 

Hacía mucho tiempo que quería leer a Zahara C. Ordoñez. Había leído maravillas de ella y de sus novelas y me apetecía mucho. La pila de pendientes que tengo (bastante larga aún), me frenaba para comenzar a leer algo de ella. Sin embargo, a finales del mes pasado, me dio la ventolera y, pasando por completo de la pila de pendientes, aprovechando, además, las ofertas que selecta hizo el día cuatro de este mes, me decidí por la serie el Azahar de la que he oído maravillas, para comenzar a leer a Zahara.

La irrevocable rendición de un duque da comienzo a esta serie sobre los hermanos Alborada. Con ella, nos situamos en la época, conocemos un poco la finca de los Alborada, El Azahar, conocemos a los hermanos al completo y, sobre todo conocemos la situación en la que se encuentra la familia en el momento de dar comienzo la historia, de la mano de Samuel, el mayor de los hermanos, el heredero del ducado. 

También conocemos a nuestra heroína, Leire Narváez, y su situación, la cuál la lleva a viajar hasta Málaga, muy lejos de su casa, dónde encontrará algo más que un buen negocio.

La trama principal me ha parecido perfecta para comenzar una novela. Nos habla sobre el poder del dinero. Cómo éste, mal utilizado o invertido, puede irse de nuestro lado sin importarle si somos ricos o pobres, nobles o plebeyos. 

En esta ocasión, una mala decisión sobre el dinero afecta a toda la familia a pesar de que el heredero de las deudas sea Samuel, el hijo mayor y lo que pone en marcha a los hermanos, de una u otra forma. En el caso de Samuel, tomando el control, embarcándose en un viaje en busca de la recuperación no solo del patrimonio familiar sino del bienestar de toda su familia.

En el caso de Leire, el manejo de la fortuna familiar por parte de una mujer sola, en el siglo XIX no era cosa fácil, ni mucho menos bien vista. Leire es una mujer fuerte que un día tomó la decisión de tomar las riendas del patrimonio que sus padres le dejaron, enfrentándose a las malas lenguas, haciéndose valer por méritos propios, día tras día, teniendo que enfrentar y superar una pésima relación cuyas consecuencias podrían ser terribles para ella.

Por otro lado tenemos el tema de los amores enfermizos, tóxicos, posesivos que eran tan habituales en aquella época, aunque ese tema todavía no esté resuelto del todo hoy en día. O, tal vez, sería mejor decir el tema del sentimiento de posesión y derecho sobre las mujeres que tenían los hombres por aquél entonces. El, "si no eres para mí, no lo serás para nadie más". Un tema reflejado a la perfección en Juan, el ex prometido de Leire, un tipo hijo de padres ricos, pendenciero, haragán y violento que se cree con el derecho a que todos hagan lo que él quiera cuándo quiera sin rechistar, en especial las mujeres y que no duda en hacer lo que crea necesario para lograrlo.

En definitiva, temas los dos muy apropiados para esta novela, por que se entrelazan a la perfección con la trama romántica. Una trama que va del odio al amor desde el minuto cero.

Si las otras dos tramas son interesantes, de esas que te hacen pensar, la trama romántica es una de las más bonitas, tiernas y sinceras que he leído en las últimas semanas. En esta novela el amor entre nuestros protagonistas no aparece de la nada, según se ven, sino que va surgiendo poco a poco, a fuego lento. De hecho, cuándo se conocen (de una forma de lo más divertida, por cierto, para nosotros, claro), se caen fatal. Después, cuándo se conocen mejor, ese odio visceral que sienten el uno por el otro va aumentando, hasta que se dan cuenta que el odio no es realmente tal, sino una fuerte atracción camuflada con un falso sentimiento de odio mutuo. Y desde ese momento, poco a poco, el amor va haciéndose paso en el corazón de ambos hasta que están completamente seguros de que ya no podrán vivir el uno sin el otro.

Resumiendo, una preciosa novela romántica histórica ambientada en nuestra España, de esas que a mí tanto me gustan, con un trasfondo profundo, de los que te hacen pensar, una historia romántica sencilla, serena, entrañable, llena de maravillosos personajes secundarios, como el primo de los Alborada, por ejemplo y villanos que bien merecen ese calificativo, aderezada con un justo toque de intriga y aventura que no quieres que termine nunca porque el regusto que deja es absolutamente maravilloso.

Si no conoces a Zahara, como me pasaba a mí, y te decides a conocerla ya sea por esta serie o cualquiera de sus libros, estoy segura de que no te decepcionará porque su literatura es, sencillamente, preciosa. Escribe de una forma realmente bella. Para mí, junto a Nieves Hidalgo, Mayte Esteban, Nuria Llop, Marta Luján y alguna otra que me olvido en estos momentos por ser unas cuántas las autoras que están en mi lista de favoritas, de las autoras que más bonito y mejor escriben. Realmente me ha encantado conocerla y disfrutar de su literatura y, por supuesto, de Samuel y Leire.

Me he convertido en seguidora fiel de Zahara C. Ordoñez y, estoy segura de que, si le dais una oportunidad a esta autora, a muchos de vosotras/os os pasará lo mismo.

Y bueno, por el momento, esto es todo, amigos. Espero que os haya gustado la reseña y os haya ayudado en algo. Nos leemos en la próxima reseña. 

Un beso fuerte y un abrazo ;)

PRÓXIMA RESEÑA: La osadía de conquistar a un caballero (Serie el Azahar 2)