jueves, 27 de diciembre de 2012
Hola gente;
¿Cómo va la semana? Seguro que muy bien.
Hoy es día de presentar el trabajo realizado para Adictos a la escritura.
El ejercicio de este mes consistía en hacer un relato a partir de un título que nos propusiera otro participante. A mí me tocó el título propuesto por María OD (no puedo decir su nombre en voz alta), y esto es lo que me ha salido.
Haber qué os parece.
NO PUEDO DECIR SU NOMBRE EN VOZ ALTA
Como
un mal augurio, con un espantoso trueno que hizo temblar hasta la
tierra dio comienzo una de las peores tormentas de la primavera que
podían recordar en la Villa, aunque eso poco importaba al joven
Conde Ricardo.
Blanco
como la cal, manteniendo la compostura a duras penas, observó el
rostro de Agustín, que le miraba al otro lado de la mesa con la
preocupación reflejada en sus azules y bondadosos ojos.
–¿Estás
seguro de lo que... me acabas de contar? -quiso saber Ricardo que
apenas pudo hablar en un susurro.
–Completamente
-dijo el más mayor. Dio un sorbo a su vaso de vino y prosiguió-. Mi
informador es de total confianza. Vino a decírmelo en cuanto se
enteró.
Ricardo
recostó la espalda en el respaldo de la silla, cada vez más
abrumado por la noticia que acababa de recibir. Hasta el barullo de
la gente que abarrotaba la taberna aquella noche infernal desapareció
de su conciencia. Sólo podía pensar en su mujer, Fátima, a pocos
días de dar a luz. No podía dejar que nada le ocurriese a ella ni a
su primogénito.
–¿Sabes
quién es el traidor? -preguntó a Agustín, ya recuperada la voz,
con firmeza y determinación.
–Así
es -dijo Agustín con un destello de furia en los ojos que se
mezclaba con una profunda decepción-. Y me ha sorprendido tanto como
te sorprenderá a ti.
–¿Quién
es? -inquirió furioso Ricardo.
–Lo
siento, Ricardo, pero no puedo decir su nombre en voz alta -le
contestó su amigo asegurándose con la mirada de que nadie les
estuviera observando-. Al menos aquí. El Diablo tiene ojos y oídos
en todas partes.
–¿Quieres
decir que no puedo saber el nombre del traidor que quiere acabar no
solo con el rey, sino también con mi familia y conmigo? -preguntó
Ricardo hablando entre dientes, en un siseo peligroso que sólo
adquiría cuando estaba realmente furioso.
–Tranquilo,
muchacho -intentó tranquilizarle Agustín, quien conocía a la
perfección el carácter del joven Conde-. No puedo decir su nombre
en voz alta, y tú tampoco deberías -le advirtió bajando un poco el
tono de voz-, pero no he dicho que no puedas leerlo.
Con
disimulo, Agustín metió una mano en el interior de su chaqueta y
sacó un sobre lacrado que entregó al joven.
–¿Qué...?
–No
lo abras hasta que no estés en tu casa, a salvo -le dijo Agustín
inclinándose hacia él sobre la mesa-. En esa carta encontrarás
todas las respuestas que no puedo darte en estos momentos y las
indicaciones del lugar y la hora de nuestro próximo encuentro.
Ricardo
miró el sobre unos instantes y después a Agustín, con los labios
apretados.
–No
pienso esconderme, Agustín -declaró intuyendo las intenciones del
otro-. Si tengo que...
–Lo
sé -le cortó el otro riendo entre dientes-. Valeroso y fiel a tu
Rey y tu patria, aunque te vaya la vida en ello. Igual que tu padre.
Y es por eso que te quieren quitar de en medio. Pero no te preocupes
-se apresuró a añadir al ver que el joven fruncía el ceño y se
preparaba para replicar-. No te voy a pedir que te escondas,
muchacho. Pero no podemos hablar más de esto aquí. Sólo te pido
que confíes en mi y no saques conclusiones precipitadas antes de
leer esa carta.
Ricardo
meditó unos instantes las palabras de Agustín y, al cabo decidió
hacerle caso. Actuar de forma impulsiva tampoco le beneficiaría
demasiado.
–Está
bien -accedió al fin y se puso en pie-. Seguiré tu consejo.
Agustín
volvió a reír entre dientes y se puso de pie también. Ricardo era
impulsivo como su padre, pero tenía la templanza e inteligencia de
su madre.
–Nos
veremos pronto -le dijo Agustín para finalizar la conversación.
–Eso
espero. Que pases buena noche, Agustín.
–Cuídaos,
Conde -se despidió el hombre con una reverencia.
Con
una inclinación de cabeza, el Conde Ricardo se despidió, atravesó
la taberna a grandes zancadas, salió a la calle de regreso a su casa
bajo aquél intenso aguacero que hacía casi imposible caminar por
las empedradas calles de la Villa. En su cabeza, un solo pensamiento
era dueño de su atención: acabaría con traidor mal nacido, fuera
quien fuese, aunque fuera lo último que hiciera en su vida.
Etiquetas: Adictos a la escritura, relatos
15 Comments:
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Me alegra mucho que os haya gustado. Lo del desenlace del relato, pues la verdad es que no puede haberlo por una sencilla razón; este relato es una pequeña escena de una idea en la que estoy trabajando. Estaba un pelín atascada y el título que me tocó me vino como anillo al dedo para poder continuar. El traidor se conoce más adelante, por eso no he podido decírlo.
Muchas gracias por pasaros por mi blog, leer mi relato y dejar vuestro comentario.
Un beso fuerte a las dos.
Saludos
Me alegra mucho saber que os ha gustado el relato. Como digo anteriormente, es una pequeña escena de una idea en la que estoy trabajando. Si, cuando lo termine me parece lo suficientemente decente como para compartirlo, entonces lo compartiré con todos vosotros.
Karuna, no hay de qué. Siempre es un placer leer a los compañeros ;)
Muchísimas gracias a los dos por pasaros por mi blog, leer mi relato y dejar vuestro comentario.
Besos fuerte a los dos.
Conoceremos al traidor?
Beso
Ivo
Pues, como digo en un comentario anterior, todo depende de si me gusta o no como me quede. Ya veremos.
Muchas gracias por pasarte a leer mi relato y dejar tu comentario.
Besos fuertes.
Besos
Me alegra que te haya gustado el relato.
Muchas gracias por pasarte, leerlo y comentarlo.
Un beso fuerte.
Disculpa que no contestara tu comentario, me lo había saltado, perdón por el descuido.
Me alegra mucho que te haya gustado la historia.
Muchas gracias por pasarte por mi blog, leer el relato y dejar tu comentario ;)
Felices fiestas para tí también.
Saludos.
Muchas gracias por pensar así, me has sacado los colores. Me alegra mucho que te haya gustado.
Después de que todos conincidáis en que queréis saber más, me estoy planteando seriamente ir publicando los capitulillos de esta idea que se me pasó por la cabeza. Así que, quizá, no tardando mucho podáis salir de dudas y saber qué pasa.
Muchas gracias de nuevo por la visita y por tomarte tiempo en dejar tu comentario.
Saludos.
Tu relato me gustó mucho y también me quedé con la duda!
Te recomiendo que no uses tanto los nombres de los personajes, puedes usar palabras descriptivas, o muchacho, joven etc, para que no suene un tanto repetitivo.
Por lo demás, tu idea es genial!
Saludos!
Me alegra que te haya gustado el relato y tu recomendación la tendré en cuenta.
Muchas gracias por pasarte, leer mi relato y dejar tu comentario.
Saludos para tí también.