Hola a todos:
Bueno, hoy es día de subir el relato para adictos a la escritura que este mes, como no podía ser de otra manera, está dedicado a una de mis fiestas favoritas, halloween. En esta ocasión el ejercicio versa sobre el encuentro del mundo de los vivos con el de los muertos, así que aquí está el mío que le he dedicado a una leyenda celta.
Estoy un poco "oxidada" en cuanto a escritura, pero espero haber logrado algo no demasiado malo ;).
Aquí tenéis el relato. Espero que lo disfrutéis y que paséis una feliz noche.
LAS CUATRO ABUELAS DE HALLOWEEN
Es
treinta y uno de octubre. Este día, en el punto medio entre el
equinoccio de otoño y el solsticio de invierno, es más especial y
mágico que nunca. La tierra comienza un nuevo año, es tiempo de
eliminar todo lo que no queremos de nuestras vidas, y, sobre todo, de
honrar a nuestros antepasados, aquellos que ya no están con
nosotros, porque, en esta mágica noche, el fino velo que separa los
dos mundos, el de vivos y muertos, se vuelve más fino aún,
permitiendo que la magia fluya con facilidad.
Tú,
que ahora conoces el verdadero significado de esta fecha, lo has
celebrado de manera diferente a otros años. Has encendido velas
negras y blancas para limpiar y equilibrar las energías. Has
adornado la casa con flores, telas y velas de colores típicos de la
fecha. Has tallado las calabazas que luego han servido como linternas
para ahuyentar a los malos espíritus y has dejado leche y velas
blancas para los espíritus que pasen por tu casa en su camino de
regreso a su lado. Has quemado tu lista de cosas que quieres dejar
atrás mientras el incienso de sándalo perfuma tu cuarto. Y, ahora,
que estás lista para ir a dormir, te das cuenta que en la noche de
Samhain, el sentido del tiempo y el espacio, prácticamente, no
existe. La magia, sigue fluyendo por muy cansado que estés. El Otro
Lado sigue dando lecciones, enseñando a los que vivimos en esta
realidad, en todo momento, sin descanso, pues el tiempo allí, no se
mide de igual manera.
Murmullos
apagados llegan a ti desde el exterior cuando estás a punto de
apagar la luz. No le das importancia. A pesar de la lluvia y el frío,
es una noche festiva y mucha gente que ha acudido a fiestas puede
estar regresando a sus casas. Apagas la luz y te acomodas bajo el
edredón calentito dispuesta a tener un sueño reparador.
Cinco
minutos después, te das cuenta de que los murmullos, en lugar de
apagarse y desaparecer, se vuelven más intensos y cercanos. Abres
los ojos soltando una plegaria al cielo para que te dejen dormir y lo
único que consigues es tener una extraña sensación que se instala
en tu estómago y que te dice que algo está a punto de suceder. Con
los vellos de punta y la carne de gallina, te das cuenta de que el
aire en la habitación se ha electrificado un poco, al mismo tiempo
que las voces se van haciendo más intensas.
Algo
temerosa, te acercas a la ventana y escrutas el exterior. Nadie
transita las calles a esas horas. Nadie vivo... al menos.
El
vello de tus brazos sigue erizado, por lo que pasas tus manos sobre
ellos. La electricidad del ambiente es cada vez más intensa. Sin
saber qué pensar, te quedas mirando a través de la ventana. No hay
nadie fuera pero tú sigues escuchando los murmullos que ahora puedes
reconocer como de mujeres ancianas. El miedo empieza a invadirte,
aunque tratas de no dejarte llevar por él, y piensas en volver a la
cama y refugiarte bajo las sábanas.
Entonces,
como si ese pensamiento hubiera sido un señal, lo imposible se
muestra ante ti, dejándote clavada en el suelo.
Cuatro
ancianas, vestidas de forma poco usual, con túnicas negras, aparecen
ante tus ojos al mismo tiempo que una ligera lluvia comienza a caer.
Cada una guarda un tesoro que te es mostrado y revelado su nombre. El
caldero del renacimiento que simboliza placer; la piedra del destino
que simboliza poder; la lanza del hechicero la cual simboliza valor,
y, por último, la espada invencible que simboliza conocimiento.
Una
última sonrisa de las cuatro ancianas y la visión desaparece tan
rápidamente como ha llegado. La atmósfera vuelve a la normalidad y
tan solo el rumor de la lluvia llega hasta ti desde el exterior.
Aturdida
vuelves a la cama. Con los ojos abiertos como platos y el corazón
volviendo a su latido normal, poco a poco tu cerebro también vuelve
a funcionar y es cuando te das cuenta de lo que ha sucedido.
La
visión a durado solo unos instantes, pero ha sido clara y real. Has
tenido un encuentro con el otro lado que muy pocas personas tienen el
privilegio de vivir. Lo has leído en alguna parte o... ¿tal vez lo
has oído? Ver y oír a las abuelas de Halloween solo está al
alcance de los iniciados y se considera que trae muy buena suerte.
No
puedes evitarlo; la risa que viene después de momentos de alta
tensión emocional se apodera de ti y cuando te calmas y dejas de
reír, cierras los ojos y poco a poco vas cayendo en los brazos de
Morfeo, feliz al ser consciente de la suerte que has tenido al ver a
las ancinas y de que tu percepción de la realidad a vuelto ha
cambiar. Y lo mejor de todo, lo ha hecho en uno de los días más
poderosos del año; la víspera de Todos los Santos.