martes, 5 de enero de 2021
Título Original: A Christmas prince: The Royas Baby
Dirección: John Schultz
País: Estados Unidos
Año: 2019
Duración: 84 minutos
Género: Romance, cine familiar, Navidad
Productora: Netflix
Distribuidora: Netflix
Guión: Nathan Atkins
Música: Zack Ryan
Fotografía: Viorel Sergovici
Reparto: Rose McLver, Ben Lamb, Alice Krige, Honor Kneafsey, Sarah Douglas, Andy Lucas, Raj Bajaj, Richard Ashton, Tahirah Sharif, Joel McVeagh, Theo Devaney, Kevin Shen, Momo Yeung, Crystal Yu, Billy Angel.
Sinopsis: Primero conoció al príncipe. Luego se casó con él. ¿Y ahora? La maternidad y un misterio. ¡Así se celebra la Navidad!
RESEÑA:
En serio, mejor que hubieran parado en la primera película porque el desastre no ha mejorado en esta tercera película.
Haber, comencemos:
En esta tercera película Amber y Richard están esperando la llegada de su primer hijo para enero. Entre tanto, los reyes de un país lejano visitan el palacio para firmar un tratado de paz que vienen firmando los reyes de las dos naciones cada cien años desde hace siglos.
Todo pare bastante sencillo, pero las cosas se complican cuando el tratado desaparece poco antes de ser firmado.
Claro, el pánico cunde en Palacio y todos se ponen a buscar el dichoso tratado que no quiere aparecer. Para empeorar las cosas, resulta que el tratado viene acompañado de una antigua maldición que amenaza la integridad del primogénito del rey que haya perdido el tratado.
Así pues Amber, con la ayuda de todos, incluído el rey, se pone a investigar quién ha podido ser el ladrón, quién necesariamente tiene que ser alguien de dentro, para tratar de recuperar el tratado antes de la medianoche de Nochebuena.
Como es de esperar, finalmente el tratado aparece, el culpable es detenido, la paz es firmada a tiempo y la llegada del bebé real se adelanta a la Nochebuena.
De verdad, ¿el señor Atkins pensó lo que escribía cuándo se sentó frente al ordenador o vomitó lo primero que le salió y ya?
Haber que, como las otras dos películas, está bien para pasar un rato si no te fijas mucho en los detalles y sólo quieres pasar un ratillo agradable, pero es que tanta tontería a mí, particularmente, se me hizo pesadísima. Lo único que me gustó fue que, por fin, dos películas después, el rey Richard tuvo algo de protagonismo. Por lo demás, un aburrimiento total. Me gustó menos, incluso, que la segunda película.
Yo me reafirmo en mi opinión; para hacer estos dos rollos, mejor haberte quedado con una única película en la que terminaran con un salto en el tiempo y los viéramos casarse y punto pelota.
Bueno, pues esto es todo por el momento. Nos leemos en la siguiente.
Besos y abrazos.